Cómo trabajamos


Tu perro aprenderá mediante refuerzos positivos (juegos, caricias, palabras agradables, recompensas...), lo que nos asegurará que lo aprendido se mantenga a lo largo de toda la vida del can.

 

Mediante nuestros cursos y talleres pretendemos enseñarte a comunicarte correctamente con él para sacarle el máximo partido a la convivencia. Te propondremos un plan de trabajo para el tratamiento de tu perro, actuando sobre la obediencia, el ejercicio físico/mental y las rutinas diarias, ya que con pequeños cambios en dichas rutinas obtendremos grandes mejoras en la conducta y estado emocional del perro.

 

Los perros aprenden y generan conductas en base a una amplia gama de procesos, centrar las técnicas de trabajo en un subgrupo limita las capacidades del perro.

Debemos ser capaces de diferenciar y manejar según el momento: procesos de aprendizaje de nuevas conductas, gestión de la emoción y de la motivación, procesos de mantenimiento de conductas ya conocidas, modelado de pautas innatas y procesos de aprendizaje.

 

Nuestro educador canino utiliza tanto técnicas conductuales como cognitivo-emocionales, lo que permite un tratamiento integral de la psique del perro. No se trata de "domar" a los perros, no debemos obligarles a olvidar sus aptitudes naturales para que, simplemente, realicen ciertos actos automáticos.

Si la mano del amo o la del adiestrador, el can, la asocia al dolor, perderá para él todo el respeto que le debe, por ello con paciencia y persistencia trataremos de comunicar las aptitudes y destrezas que su perro debe desempeñar para que pueda integrarse socialmente e incluso ejecute trabajos que nos sean de ayuda.

 

Reconducción de conductas

Los perros tienen una concepción del mundo distinta a la nuestra, lo que nosotros creemos que es un macetero con una planta exótica carísima, ellos creen que es un palo de madera con la que jugar, lo que para nosotros son unos vistosos fuegos artificiales, para ellos es un ruido insoportable y amenazante que les asusta hasta paralizarlos... por ello debemos intentar ver el ambiente que nos rodea bajo su punto de vista.

Muchas de las conductas que nos parecen inapropiadas son propias de su especie (oler traseros, marcaje del territorio...)

 

A veces las conductas indeseables se deben a la vida sendentaria, aburrida o estresante del perro, así que también deberemos actuar en la cantidad y calidad del ejercicio físico y mental que hace.

Ante problemas de conducta como agresividad, eliminación inapropiada, conductas compulsivas y estereotipadas, miedos... deberemos analizar el caso concreto del perro e intentar llegar a la raiz del problema para poder programar una terapia y poner un tratamiento a su medida.

Control y Obediencia

Los ejercicios de obediencia canina además de enseñar a los perros a hacer ciertos ejercicios cuando se les da una orden, nos permite mostrar al can que a cambio de dejarse guiar recibirá recompensas. Estos ejercicios también son un modo de mejorar la relación del guía con su perro ya que se trata de interactuar y aprender a comunicarse correctamente.

 

Debemos comprender que el perro no habla nuestro idioma, pero nosotros si podemos imitar, en cierta manera, "su idioma", para ello enseñamos a los propietarios que tonos de voz y gestos deben utilizar y que programa de recompensas deben seguir.

 

El control del perro mediante la voz y los gestos es fundamental para tener una convivencia agradable con nuestro can y evitar peligros en ciertas situaciones: la orden de "quieto" puede evitar que el perro sea atropellado al cruzar una carretera sin nuestro permiso, la orden de "aquí" permitirá controlar al perro cuando se lanza detrás de una liebre en una zona peligrosa de la montaña...